Prosa Bajo el signo de Leo

CLXVI

Teóricamente, cesaron ya las vacaciones no pedidas
ni menos deseadas y soportadas estoicamente,
a contrapelo, como se aguanta lo irremediable.
Cesaron, teóricamente, porque, en la práctica,
seguimos en vacaciones el otro-yo y yo, el azumbaibe
y el Imperativo Categórico del desalumbrado Vate
ocioso, Maese Tántalo a la vista ya de la Isla del
Tesoro, sin penetrar en ella aún, sin recalar en ella
todavía, sin parar en su puerto nemoroso. Quiera
Machín que sea para pronto el venturoso arribo y la
estadía lauta. Que ya se completaron cuatro lunas: son
hartas lunas hasta para un poeta lunático, ése mismo
que antaño parlara tánto de la luna lela. Bajo el Signo
de Leo –y de Saturno por el sino y de Cáncer por los
almanaqueros– y de la BÁRBARA CHARANGA; de la BÁRBARA
CHARANGA que viene a ser algo así como la culminación
escrita y voceada de la Estructura Caótica que es
super-estructura, del Cáos frenético en forma Sonata,
del Disparate en contrapunto báquico, baqueano, del
Equilibrio en Fuga, en fuga libre, por contera, de la
Anarquía hiper-nihilista en Canon y de la Fantasía en
Invenciones muy estrictas o de la Heurística sin
linderos como tema para infinitas Variaciones en su
redor y motivo conductor de quien nunca lo toleró…